Bifenilos policlorados en transformadores eléctricos
Muchos de los transformadores, dispositivos para aumentar o disminuir el nivel de voltaje de una corriente eléctrica, y condensadores utilizan un fluido dieléctrico a base de bifenilos policlorados (PCB). Estos productos poseen las propiedades requeridas para uso en equipos eléctricos, pero presentan algunas desventajas importantes principalmente relacionadas con sus efectos tóxicos.
Al igual que los transformadores, los condensadores pueden contener PCB, pero se distinguen de ellos en que son siempre estructuras selladas. Por eso, el mantenimiento no representa gran problema, siempre y cuando el condensador esté en buen estado y no tenga fugas. No obstante, al final de su vida útil presentan el mismo peligro potencial que los transformadores.
Durante muchos años se han detectado efectos biológicos adversos relacionados con los PCB que ahora están perfectamente definidos. Entre las fuentes actuales de liberación de PCB destacan la volatilización de vertederos que contienen transformadores que no cumplieron con los requerimientos de disposición de residuos peligrosos, condensadores y otros residuos con PCB, aguas residuales y derrames en zonas abiertas.
Los PCB son contaminantes orgánicos persistentes (COP), se bioacumulan y tienen efectos adversos en la salud humana y al medio ambiente.
A pesar del creciente desuso y de las restricciones sobre la producción, sigue habiendo cantidades muy elevadas de estos compuestos, bien en uso o como residuo.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se determinó que para el 2012 había al menos 34 mil 513 sitios sensibles con transformadores contaminados en 19 entidades en México.
Ante esta perspectiva, con base en el Proyecto UNDP 00059701-México "Manejo y Destrucción Ambientalmente Adecuados de Bifenilos Policlorados en México" se determinó que la Ciudad de México es de los sitios más sensibles del país.
En el muestreo se detectaron 17 mil 955 empresas pequeñas, medianas y grandes con transformadores. Sumando una masa total aproximada de materiales contaminados con PBC de al menos 20 mil toneladas de aceite.
En México, se cuenta con dos marcos de referencia para la evaluación de la gestión ambiental: la legislación mexicana, a través del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente en Materia de Residuos Peligrosos, la Norma Oficial Mexicana NOM-133-SEMARNAT-2000 y la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos y por otro lado, convenios internacionales como el Convenio de Basilea. Mismos, que deberán cumplirse en caso de uso y/o disposición de equipos contaminados.