Generación de polvo en la industria
Parte de las actividades rutinarias de algunas industrias es la generación de polvos derivado de la molienda de algunas materiales para obtener partículas de menor tamaño o del trasvase de productos, intermediarios o materias primas. Las principales fuentes generadoras de polvo en la industria son: las pulverizadoras, trituradoras, molinos, fresadoras, entre muchos otros.
Los problemas derivados con la acumulación de polvos en áreas productivas, está relacionado con los equipos de captación de polvo y una adecuad ventilación en el área. Consecuencias derivadas de la acumulación de polvos es: falta de visibilidad, generación de atmósferas explosivas de muy importantes consecuencias, ya que pueden causar la pérdida de instalaciones y vidas humanas, intoxicaciones y problemas respiratorios de las personas expuestas, saturación de sistemas de ventilación, entre otros.
Las enfermedades relacionadas la presencia de polvo son, la neumoconiosis, asma, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cuya severidad está ligada a la concentración y tiempo de exposición.
Según el tipo de partículas, los efectos sobre la salud pueden ser más o menos graves. No obstante, no hay polvos inocuos; cualquier exposición a polvo supone un riesgo. En general, el polvo provoca irritación de las vías respiratorias y, tras exposiciones repetidas, puede dar lugar a bronquitis crónica.
Los equipos de colección de polvos son una buena alternativa para evitar la dispersión de partículas en al aire. Los equipos deben de estar diseñados para satisfacer las necesidades específicas de ventilación y captación de polvo. Los mecanismo comunes incluyen: cartuchos, filtros manga, ciclones, ventiladores, etc.
Mecanismos de prevención adicional en los trabajadores son el uso de equipo de protección personal, como mascarillas, filtros y equipos de respiración autónoma.
La eficiencia en la difusión de polvo en un ambiente cerrado, depende los distribuidores de aire y su localización, otra opción puede ser la colocación de aspiración localizada que garantice una captación de mayor eficiencia desde su origen.
A través de un código de buenas prácticas se puede contribuir a mejorar la acción preventiva de proliferación de polvos, mediante la aplicación de acciones que incidan de manera especial tanto en la organización de la prevención como en la planificación de acciones tendentes a disminuir la incidencia de aquellos factores de riesgo más frecuentes.